TEMA 3. LA LITERATURA DE LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XIX.
REALISMO Y NATURALISMO.
1. CONTEXTO HISTÓRICO.
España, como ya apuntamos en la introducción
del tema anterior, se ve acuciada por graves
problemas sociales y fuertes tensiones ideológicas: el desarrollo de la
industria y de la economía, así como el auge de la burguesía, fueron más tardíos que en el resto de Europa y los
sectores tradicionalistas seguirán conservando mucho poder (nobleza y clero);
frente a ellos, las masas obreras
comienzan a organizarse; la burguesía liberal
estaba dividida en conservadores y progresistas; y a la izquierda de éstos,
aparecen demócratas y republicanos, aparte de los movimientos
revolucionarios. De ahí los vaivenes
políticos: política moderada hasta el 68,
momento en que La Gloriosa destrona
a Isabel II y abre una época progresista, que fracasó por la heterogeneidad de
los revolucionarios (Sexenio revolucionario); la Restauración borbónica (1875) llega con Alfonso XII y cierra esta
etapa e implanta un sistema de “partidos turnantes” (progresistas y
conservadores) que tampoco resolverá los problemas básicos del país, que
cerrará el siglo con el Desastre del 98,
momento en que se pierden las últimas colonias de ultramar (Cuba, Puerto rico y
Filipinas). La cultura se hace eco de estas luchas entre tradicionalismo y progresismo dando lugar a lo que se conoció como “las dos Españas”.
A
partir de 1850 se observa en toda Europa un alejamiento paulatino de las formas
de vida y de la mentalidad dominantes en la época romántica.
En lo social,
la burguesía se consolida como clase
dominante y deriva hacia posiciones más conservadoras, mientras que las masas obreras luchan por mejorar sus
duras condiciones de vida y empiezan a prender las doctrinas revolucionarias:
marxismo, comunismo y anarquismo.
2. PENSAMIENTO.
El positivismo (VS idealismo
romántico) es la filosofía característica del momento: sólo admite como
verdadero lo descubierto mediante la observación
rigurosa y la experimentación. Las
aportaciones más importantes de la ciencia
son el método experimental
(Bernardl), las teorías sobre la herencia
biológica (Mendel) y el evolucionismo
(Darwin).
En España tendrá gran importancia el krausismo, que defendía una religiosidad compatible con la razón y
una ética basada en la tolerancia y la convivencia. Fundarán la Institución
Libre de Enseñanza.
3. EL REALISMO.
El Realismo es el movimiento cultural de la clase burguesa, clase dominante, que surge como resultado de la depuración de los elementos románticos
más idealistas que encuentran su mejor cauce de expresión en la novela, que fue el género por
excelencia. A mediados de siglo, el Romanticismo ya está superado en Europa,
donde predominan los principios estéticos del Realismo. A España llegaré más
tarde, 1870, momento en que Galdós publica La Fontana de Oro.
3.1.LA
NOVELA
La literatura se hará eco de las circunstancias sociales y las doctrinas filosóficas, políticas y
científicas. A diferencia del Romanticismo, no se huye de la realidad sino
que se la retrata, con mayor o menor
dureza, a veces con el propósito de transformarla.
En
España contaba con una tradición de
realismo en la novela del Siglo de Oro
(Cervantes, la picaresca...) y el
costumbrismo de mediados de siglo, aunque el realismo pretende ser la expresión total de la sociedad.
La narrativa realista
europea fue muy leída y tenida
en cuenta por nuestros novelistas e incorporarán nuevos temas y un nuevo tratamiento de la realidad de los países
vecinos. Tradición española e influencias europeas dieron a la novela española
una nueva etapa áurea, sobre todo a partir de 1870. Las principales características de la novela realista
española son las siguientes:
—Observación rigurosa
a imitación de lo científico y
descripción fiel de la realidad. Hay un deseo de representar de forma objetiva la realidad. Así, el escritor
se documenta sobre el terreno, tomando apuntes sobre los escenarios, las
gentes, la indumentaria... ; o busca en libros los datos necesarios para
conseguir la exactitud ambiental o psicológica. La Sociología o la Psicología
fue útil a la hora de pintar personajes o ambientes; veremos que el
experimentalismo, el evolucionismo y las teorías de la herencia genética,
estarán en la base del Naturalismo.
—Ubicación próxima de
los hechos: la sociedad contemporánea es la única que puede ser objeto de
una indagación directa, de ahí que la sociedad
española del momento pase a ser el tema
por excelencia.
—Propósito de crítica
social. La novela realista, que arranca con la publicación en 1870 de La Fontana de oro de Galdós, se ocupa de
la problemática burguesa, defiende
su sistema de valores y contempla el mundo desde una óptica burguesa. Pero esto
no implica un total acuerdo con las manifestaciones de sus ideales, muy al
contrario, abundan las críticas. Se
puede apreciar en estas novelas la evolución de la clase burguesa española: en
un principio, el burgués progresista que aspira a reformar las estructuras
sociales; sin embargo la burguesía empieza a desnaturalizarse y a ponerse del
lado de la alta burguesía o de la antigua aristocracia. Las críticas se ceban
en el “quiero y no puedo” de los pequeños burgueses de la Restauración.
—El interés se centra en la vida urbana, representada por Madrid, que aparece positivamente
connotada frente a la rural, sede del oscurantismo reaccionario. Frente al
interés que suscitan la alta y pequeña burguesía, el mundo de oficinistas,
funcionarios y empleados, se prescinde de la clase obrera y sólo se hacen
referencias superficiales o excesivamente simplistas.
—Narrador omnisciente:
maneja los hilos del relato y lo sabe todo de los personajes.
—Descripciones
minuciosas, que responden al afán de reproducir con toda fidelidad el
entorno, los personajes y sucesos, y que alcanzan por igual a personas,
objetos, ambientes y paisajes
—Personajes. Los
lectores conocen a los personajes fundamentalmente a través de las palabras del
narrador y de sus descripciones, que condicionan por completo nuestra
interpretación. Los protagonistas son tanto individuales como colectivos (como
en La Regenta). Hay un cierto número
de personajes redondos, es decir, que tienen una psicología más o menos
compleja que va evolucionando a tenor de las circunstancias y una serie de
personajes planos, caracterizados por un solo rasgo o muletilla, o por un
número muy limitado de ellos.
Los tipos sociales que aparecen son muy
variados: el clero, el funcionariado, la clase política, la alta burguesía y la
aristocracia, la clase media y el pueblo llano... Se advierte una esencial antítesis entre dos tipos ideológicos:
el conservador y reaccionario, que
se aferra a la tradición y rechaza el progreso, y el positivista. La visión que se nos da de cada uno está en estrecha
relación con la ideología del autor.
—Lenguaje:
aproximación al lenguaje coloquial. Hay dos estadios distintos: la voz del narrador, que se nos presenta en un
estilo más cuidado y culto, a veces incluso retórica, pero participa muy a
menudo del tono coloquial; y el habla de los personajes, que varía y es fundamental su caracterización. Así
encontramos una amplia gama de idiolectos que van desde el tono más culto al
más vulgar, pasando por los que reflejan las peculiaridades lingüísticas de
cada región.
—Verosimilitud: todo
lo representado tiene que dar la sensación de realidad, de cosa viva.
—Estructura narrativa lineal. Los hechos
siguen un orden cronológico.
—Estilo
sencillo y sobrio.
Todos estos rasgos alcanzan su máximo desarrollo
en la novela naturalista.
Los autores más representativos de la novela
realista española son:
-Fernán Caballero
(pseudómino de Cecilia Böhl de Faber): su novela La
gaviota, publicada en 1849, constituye el primer intento de realismo en
España.
-José María Pereda: su obra El sabor de la tierruca es un ejemplo de
novela regionalista ambientada en Santander.
-Juan Valera: su obra principal es Pepita Jiménez.
-Pedro Antonio de
Alarcón: su
mejor obra es El sombrero de tres picos.
Pero, sin duda, las dos grandes figuras de la novela
realista en España son:
BENITO PÉREZ GALDÓS (1843-1920)
Canario de nacimiento, su familia le envía en 1862 a Madrid para
que estudie derecho. Sin embargo, le atrae más la vida del Ateneo, las
tertulias y la vida “bohemia” que los estudios de leyes. Nunca terminó la
carrera. Se dedicó al periodismo, lo
que le proporcionó el dinero indispensable para vivir y para dedicarse por
entero a la creación de sus obras literarias.
Fue un escritor muy prolífico:
escribió 32 novelas, 42 Episodios
Nacionales, 24 obras dramáticas, prólogos, artículos y cuentos. Logró
captar como nadie los cambios de la vida
colectiva y personal, centrándose en la vida de Madrid. Defensor de la clase
media como clase del progreso y del cambio, se fue desengañando poco a poco de ella. De un “radicalismo” burgués
inicial que podría representar Doña
Perfecta, pasa a ser el escritor que desde la burguesía piensa y trabaja contra ella. Intentó encontrar los
males de la patria para reformar el
país, lo mismo que quería hacer Larra.
Ideológicamente, se adscribió primero al liberalismo progresista; más tarde adoptó posiciones más avanzadas
y se proclamó republicano y vecino a
los socialistas. Su postura
ideológica le valió el rechazo de los sectores ultracatólicos y reaccionarios. Murió,
ciego y arruinado, entre el clamor del pueblo que dio vida a sus novelas.
Para Galdós la novela es la
imagen de la vida y el novelista debe intentar reconstruir la sociedad en
su totalidad.
Entre sus obras:
-Episodios nacionales. Conjunto de 46 relatos que reconstruyen la
historia de España del siglo XIX desde la batalla de Tarfalgar (1805) hasta la
Restauración borbónica (1875).
-Novelas de la primera
época. Con La Fontana de Oro pretende ofrecernos una crónica política del
trienio liberal (1820-1823). Se advierte el empeño de Galdós en ofrecernos una
lección útil para el presente de España. Otras novelas de esta época son El audaz, La sombra.
-Las novelas de la
intolerancia religiosa. Doña Perfecta,
Gloria y La
familia de León Roch son denuncia del clericalismo y pintura de los
males que la intolerancia acarrea a la sociedad y al individuo.
De esta época es también Marianela,
que cuenta la trágica historia de amor entre una joven y un muchacho ciego.
-Novelas contemporáneas.
Con la publicación en 1881 de La desheredada, da cabida al
Naturalismo europeo del momento; el determinismo ambiental pesa de forma considerable
a lo largo de todo el relato. La cumbre de este periodo lo alcanza con Fortunata
y Jacinta (1886), que es la novela del Madrid total y que cuenta con más de 1500 personajes. En ella se
establece un triángulo amoroso entre Fortunata, una mujer del pueblo, Juanito
Cruz (su amante), un burgués acaudalado y Jacinta, la esposa de éste.
-Novelas de la etapa
espiritualista. En este
grupo se encuentran novelas como Nazarín
o Misericordia.
En ellas predomina el espiritualismo y la pobreza como modo de vida.
LEOPOLDO ALAS CLARÍN (1852-1902).
Fue un espíritu crítico
reformardor. Como crítico literario fue muy poco indulgente.
En sus cuentos recrea
las vidas de personajes humildes víctimas
de la sociedad. Destacaremos Pipá y ¡Adiós cordera!
Como novelista se
burla del Romanticismo en Su único
hijo.
En su novela cumbre, La Regenta, el autor pasa
revista a toda la sociedad de su época a través de la historia central de Ana
Ozores, que se inspira en Enma Bovary, cuyo perfil psicológico es extraordinario. La novela está cargada de crítica social y de un fuerte
anticlericalismo: la ciudad de Vetusta nos muestra una sociedad en la que
la burguesía se ha aliado con el antiguo régimen para esconder baja una máscara
de modernidad los modos de vivir tradicionales. Es una novela de adulterio, que tiene como protagonista
a una joven profundamente insatisfecha, pero también es una novela de sacerdote, dado que Fermín de Pas es
una sacerdote del que arranca el conflicto entre la castidad impuesta y el
instinto natural.
4. EL
NATURALISMO. LA NOVELA NATURALISTA.
El Naturalismo es una corriente literaria que se desarrolla en Francia impulsada por Zola y su obra La novela experimental:
intenta aplicar a la novela los principios del método experimental. El
novelista naturalista, como el realista, ha de observar minuciosamente y asumir los mil aspectos del mundo
natural; pero, además, intenta formular las leyes que rigen la realidad para adquirir un conocimiento
científico de los fenómenos. Zola intenta experimentar en el alma humana como
el fisiológo sobre la materia con una finalidad práctica. Las características serían las siguientes:
-el novelista debe ser objetivo e impersonal, el narrador impasible (en la mayoría de
los casos se quedó en teoría) y descripción detallada y exacta. La novela se convierte por ello en una crónica cotidiana y sus personajes son seres corrientes.
-el determinismo es clave en estas novelas: el hombre está determinado
por la sociedad (determinismo ambiental) y por la herencia biológica
(determinismo biológico), y es producto de ambos factores.
-no se retrocede ante los
aspectos más morbosos, sombríos y repugnantes de la sociedad,
antes bien, profundiza en ellos ya que, si no se puede cambiar la herencia
biológica, al menos sí se puede aspirar a cambiar las condiciones sociales en
las que viven los hombres.
-la lengua literaria
está en consonancia con esa imagen degradada de la realidad y se vuelve más bronca
y cruda.
Se pueden
observar rasgos naturalistas en algunas obras de Galdós (La desheredada) o de
Clarín (La Regenta). Sin embargo, los máximos representantes de la
novela naturalista en España son:
EMILIA PARDO BAZÁN (1851-1921)
Defendió el
Naturalismo de las críticas de los tradicionalistas, pero desde una óptica cristiana, por eso su naturalismo es
meramente formal: situaciones
escabrosas, ambientes degradados, señores decadentes y criados brutales, así
como escenas de una extrema violencia. Después seguirá el espiritualismo ruso y
más tarde la estética modernista.
La novelas que
están dentro de la estética naturalista son La tribuna, Los pazos de Ulloa y La
madre naturaleza.
BLASCO IBÁÑEZ (1867-1928)
Su naturalismo
se puede llamar “naturalismo social”,
pues si es cierto que sigue algunas características de esta corriente, en su
crítica social toma partido, y eso
no cuadra con la impersonalidad propia de los naturalistas franceses. Retrató
como nadie los conflictos sociales de sus tierra valenciana. Entre sus obras
destacaremos La barraca, Entre naranjos y Cañas y barro.
3.2. LA POESÍA
Las máximas figuras poéticas de la segunda mitad de siglo
quedaron explicadas en el tema anterior: Bécquer y Rosalía de Castro. Otros
autores significativos son Núñez de Arce
y Ramón de Campoamor.
3.3. EL TEATRO.
Lo
estudiaremos con detenimiento en el próximo tema. Sólo decir que destacan las
adaptaciones que Galdós hizo de
algunas de sus novelas, como Doña Perfecta, El abuelo o
Realidad; y las primera obras de Jacinto
Benavente.